La ilegalidad en la venta de lotes ejidales: Un llamado a la regularización

En el campo mexicano actualmente, las parcelas ejidales representan un pilar fundamental para la vida rural y el desarrollo agrario. Sin embargo, la venta de lotes dentro de estas tierras, a menudo vista como una oportunidad de inversión, es en realidad un acto ilegal, según lo establece el artículo 220 del Código Penal de Baja California; y el correlativo en otras entidades del pais. Esta situación ha generado una serie de problemas que afectan tanto a los ejidatarios como a los compradores, quienes en la búsqueda de un patrimonio, se encuentran atrapados en un laberinto de irregularidades y falta de certeza jurídica.

La problemática se agrava cuando, a pesar de la ilegalidad, muchos ejidos han adoptado la errónea costumbre de expedir y cobrar por constancias que supuestamente validan la compra de lotes o solares dentro de parcelas. Esta práctica, que se ha normalizado en diversas comunidades, carece de fundamento legal, ya que los comisariados ejidales no tienen la facultad de actuar como fedatarios públicos. Las constancias que emiten son, en esencia, ilegales y no ofrecen ninguna garantía a los compradores. Este fenómeno no solo pone en riesgo la inversión de los adquirentes, sino que también socava la estructura legal que rige la propiedad ejidal.

Ante esta situación, es fundamental  que tanto los ejidatarios como los potenciales compradores comprendan la importancia de la regularización. La incorporación de la parcela en la que se encuentra el fraccionamiento a un procedimiento de regularización oficial es la solución más viable.

Este proceso puede llevarse a cabo a través del Registro Agrario Nacional (RAN) y otras instancias gubernamentales, que tienen la capacidad de otorgar certeza jurídica a las transacciones. Al optar por la regularización, se busca no solo proteger los derechos de los compradores, sino también fortalecer la seguridad jurídica en el ámbito agrario.

Es importante destacar que la regularización no solo beneficia a los compradores, sino que también representa una oportunidad para los ejidatarios de formalizar la situación de sus tierras. Al regularizar las parcelas, se evita la proliferación de conflictos legales que pueden surgir de la venta informal de lotes. Además, se promueve un desarrollo ordenado y sostenible de las tierras, lo que puede traducirse en beneficios económicos para la comunidad en su conjunto.

La falta de conocimiento sobre las implicaciones legales de la venta de terrenos ejidales es un factor que contribuye a la perpetuación de estas prácticas ilegales. Muchos compradores, atraídos por la idea de adquirir un lote a un precio accesible, no se detienen a investigar la legalidad de la transacción. Por otro lado, los ejidatarios, en ocasiones, pueden ver en la venta de lotes una forma de obtener ingresos inmediatos, sin considerar las consecuencias a largo plazo de sus acciones.

Es fundamental que se realicen campañas de información y sensibilización en las comunidades ejidales sobre la importancia de la regularización y las implicaciones legales de la venta de terrenos. La capacitación en este ámbito puede empoderar a los ejidatarios y compradores, permitiéndoles tomar decisiones informadas y evitar caer en prácticas que, aunque comunes, son ilegales y perjudiciales.

En conclusión, la venta de lotes en parcelas ejidales es un tema que requiere atención urgente. La ilegalidad de estas transacciones no solo afecta a los compradores, sino que también pone en riesgo la integridad del sistema agrario mexicano. La regularización a través de procedimientos oficiales es el camino hacia la certeza jurídica y el desarrollo sostenible de las tierras. Es momento de que tanto ejidatarios como compradores se unan en la búsqueda de soluciones que beneficien a todos, asegurando así un futuro más justo y ordenado para todos.