El costo oculto del off-road: Conflictos en los caminos ejidales de Baja California
- Rotativo
- 18 nov 2024
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La práctica del off-road, uno de los mayores atractivos turísticos y deportivos de Baja California, se encuentra en el ojo del huracán. Lo que hace unos años se limitaba a competencias como la Baja 1000, la Baja 500 y la San Felipe 250, hoy se ha diversificado con paseos y rallys organizados por empresarios y grupos independientes. Sin embargo, esta expansión ha traído consigo conflictos graves que afectan a los propietarios de los caminos rurales: ejidatarios y pequeños productores agrícolas.

Un negocio rentable, pero no regulado
El auge del off-road ha dado pie a una proliferación de actividades recreativas que imitan las grandes competencias. Estos paseos, que ahora se realizan de manera semanal, emplean vehículos tipo racer’s y motocicletas, generando ingresos importantes para sus organizadores. Sin embargo, la bonanza económica no se traduce en beneficios para los dueños de las tierras atravesadas.
La mayoría de estos eventos se lleva a cabo sin autorización formal, sin remuneración por el uso de caminos y, en la mayoría de los casos, sin asumir la responsabilidad por los daños causados. "Lo que algunas empresas ofrecen como compensación es, en realidad, una indemnización por los destrozos que ocasionan, no un pago justo por utilizar nuestras vialidades", señaló un ejidatario afectado.
Daños a la infraestructura y riesgos para la vida rural
Los caminos rurales, diseñados originalmente para el tránsito agrícola, no están preparados para soportar el impacto constante de vehículos todoterreno. Esto ha generado un deterioro acelerado, con baches y erosión que dificultan las actividades diarias de los campesinos.
Pero el problema no es solo material. La convivencia entre vehículos agrícolas y racer’s ha incrementado los riesgos de accidentes. “Aquí ya hemos perdido animales, y más de una vez hemos tenido que esquivar vehículos que vienen a toda velocidad”, comenta otro productor. La falta de regulación ha creado un entorno de inseguridad, donde las familias rurales, que dependen de estos caminos para su trabajo y vida diaria, se sienten desprotegidas.

Tragedia en la Baja 1000: un recordatorio del peligro
El pasado 14 de noviembre, durante la revisión mecánica previa a la Baja 1000 en Ensenada, ocurrió un trágico accidente que sacudió a la comunidad. Un piloto inexperto perdió el control de su Trophy Truck 79, embistiendo a tres vehículos estacionados y atropellando a cuatro personas. El saldo: tres muertos, dos de ellos de origen extranjero, y un lesionado grave.
Este incidente expuso la falta de protocolos claros o la deficiente aplicación de los existentes. "Es un recordatorio doloroso de lo que puede salir mal cuando no se prioriza la seguridad", afirmó un testigo presencial. La tragedia generó un impacto mediático internacional y puso en evidencia las lagunas en la organización y regulación de estos eventos.
Una desconexión institucional preocupante
A nivel formal, las carreras off-road cuentan con contratos entre los organizadores y el ayuntamiento de Ensenada. Sin embargo, estos acuerdos se realizan sin consultar a los ejidatarios, cuyos caminos son utilizados como rutas. Este vacío en la representación ejidal ha sido motivo de creciente descontento.
"El gobierno y las empresas nos ignoran. Solo envían a alguien a pedir autorización con promesas que luego no se cumplen", comenta un representante ejidal. La situación se torna aún más compleja con los paseos no oficiales, que operan al margen de cualquier control. En caso de un accidente o daño mayor, los afectados quedan en un limbo legal, sin garantías de reparación.

El llamado a la acción: integrar a los ejidos en la toma de decisiones
La solución no es sencilla, pero urge una acción coordinada. PROTURISMO, el organismo municipal encargado de la promoción turística, debe reestructurarse para incluir a los representantes ejidales en sus decisiones. Esto permitiría no solo una planificación más inclusiva, sino también la definición de mecanismos de compensación claros y justos.
Además, la regulación de los paseos off-road es imprescindible. Establecer un marco legal que contemple la autorización previa de los ejidos, la evaluación de impactos y la reparación de daños podría evitar conflictos mayores. "Si no se toman medidas pronto, es cuestión de tiempo para que los ejidatarios cierren los caminos y provoquen un escándalo que trascienda fronteras", advierte un experto en derecho agrario.
El futuro del off-road en Baja California
Baja California enfrenta un desafío crucial: encontrar un equilibrio entre el desarrollo turístico y deportivo, y la protección de sus comunidades rurales. Las carreras y paseos off-road son parte esencial de la identidad y economía regional, pero su crecimiento descontrolado amenaza con desmoronar ese mismo modelo.
Para garantizar la sostenibilidad de esta actividad, todos los actores involucrados, empresas, gobierno y ejidatarios, deben sentarse a la mesa y construir juntos un camino que respete tanto a los motores como a la tierra. El tiempo apremia, y la solución no puede esperar.






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